Domingo 05 de Julio del 2015 | 09:33 AM
Hernando de Soto, presidente del ILD, expresa su preocupación por la polarización generada entre minería y agricultura. El sendero De Soto. El economista dice que los ex senderistas que lo buscaron le dijeron: “Ha habido Sendero, el otro Sendero y ahora queremos el nuevo Sendero”.
Usted ha expresado que en las próximas elecciones el tema minero, la dicotomía agro-minería, será tan importante como la seguridad ciudadana o la corrupción.
Los dos últimos son temas importantes. El problema es dónde se anuda todo, dónde ocurre la batalla ideológica, conceptual, que define las actuaciones. Son dos millones de mineros informales, incluyendo a quienes los sirven, las plantas procesadoras y otros. Este grupo y sus familias no bajan de seis millones de personas enfrentadas al Estado. Es gente inquieta, que bloquea carreteras, puentes. Además hay cerca de 70 mil millones de dólares de proyectos mineros paralizados con la consecuente baja del PBI del Perú. Esto indica que en la minería –formal o informal– está en tela de juicio el control de la propiedad en el país. No es posible que se pare Conga, Michiquillay, Manhattan y que estén amenazadas Las Bambas, Tía María. No puede ser una coincidencia de varios accidentes a la vez. El Perú se está levantando contra el orden existente…
Dirá, un sector del Perú.
Bueno, son comuneros en muchos casos, en otros lugares son ronderos. En distintas partes del Perú están negando lo que el Estado defiende. A tal punto que el presidente dice: “Conga va”, y ellos dicen que no. Igual con Tía María. Fuerzas sectoriales pequeñas en diferentes partes del país han parado esos proyectos.
¿El modelo de explotación minera, concesión, EIA, etc., está agotado?
Está agotado, no funciona. Es obvio que la gente se está rebelando. Cada proyecto es distinto, sin embargo, todos tienen en común que quienes niegan el statu quo están en contra.
¿Es un tema nacional que recorre el país, como para ser un debate importante en el próximo proceso electoral?
Todo esto es un problema de propiedad, de quiénes son los dueños. Afuera ya se comenta que en el Perú ha comenzado la desinversión minera, que la gente se está retirando de a pocos y ya no tienen fe en el futuro de la minería.
¿Eso es un comentario o la realidad para usted?
Es la realidad. La minería es de grandes proyectos, por eso se dice que es de fiesta y hambruna. Son inversiones a largo plazo y no se puede cambiar día a día. ¿Qué hace si el Perú tiene parados 22 importantes proyectos mineros y el gobierno no puede hacer nada? Entran hasta helicópteros a Tía María y con un ‘huaracazo’ se los comienzan a bajar. ¿Qué hace como inversionista? ¿Invierte en ese país? Es un problema que hay que resolver.
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